Somos gordos, delgadas, guapas, feos, maricas, heteros, tortilleras, mujeres, trans, hombres y no tan hombres. Tenemos gustos y aficiones diferentes, ideas contrapuestas, creencias y escepticismos, cosas variadas en nuestras cabezas. Somos divers@s, y es en esa diversidad en la que nos tenemos que mover, andar, amar, jugar y, por qué no, enfadarnos. El rechazo a esa diversidad es el rechazo a la realidad, y la imposición sobre nuestros cuerpos, identidades, ideas y creencias es la anulación de las personas.
El sistema heteropatriarcal es la fuerza invisible (o no tanto) que impulsa el ataque contra lo diverso, normalizando unos parámetros considerados como los adecuados. El heteropatriarcado no cae del cielo. Está sostenido por ciertos sectores cuyos intereses chocan con la diversidad, pero también está fuertemente arraigado en nosotr@s. Sus brazos y piernas son todas esas instituciones cuya perpetuación depende de tener a las mentes y cuerpos bajo su control. Una se éstas, la Iglesia Católica, es potencial e históricamente uno de los principales sustentores del nombrado heteropatriarcado. Su fuerza y poder reside en el mantenimiento de la custodia de las personas, y de sus privilegios en la sociedad. Todo afán de liberación sufre el ataque de esta institución.
Como much@s sabréis, el pasado 10 de marzo se realizó una acción directa no violenta en la capilla del Campus de Somosaguas para denunciar la labor de neutralización de identidades, sexos y deseos que realiza la Iglesia Católica, en el contexto del Día de la Mujer Trabajadora. La acción consistió en una lectura de un manifiesto y en mostrar los torsos desnudos con sloganes escritos en ellos en el interior de la capilla. Tras ello, el 18 de marzo cuatro personas fueron detenidas, todas ellas estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología en relación con la acción mencionada.
Nosotr@s no rechazamos las diferentes creencias de cada persona, pero sí la dominación y la sumisión que algunas instituciones abanderadas de esas creencias producen. Por ello nos solidarizamos con l@s estudiantes criminalizad@s y perseguidos por llevar a cabo acciones como la descrita, y apoyamos este tipo de iniciativas. Además reclamamos el cierre de espacios cedidos a promulgadores del heteropatriarcado y el fomento del respeto y amor a la diversidad y a la integridad de las personas.
Un beso a tod@s.
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