jueves, 12 de abril de 2012

El gran hermano llega hasta el cerro


Aire puro... eso se respira en Sanabria,  tierra de lobos.
Esta comarca que está situada al noroeste, empieza a mostrar los bonitos tonos verdosos del norte ibérico.
  Llegue a aquellas tierras en la fecha del miércoles y debido al mal tiempo, (malo o bueno según por donde se mire, ya que al ponerse uno a platicar con las gentes, le cuentan que no ha llovido apenas en todo el invierno); no se pudo laborar mucho en el campo.  Esto claro está, es un desastre para las gentes de allí, ya que muchos de ellos se están planteando si sembrar o bien dejarlo por este año. Esto puede que sea la punta del iceberg de la futura escasez del agua.
  Para los curiosos, descubro el pueblo: se llama Santa Cruz de Abrahanes y está ubicado en Sanabria (Zamora), es una bella aldea en la cual aún sobreviven retazos de la agricultura tradicional popular, así como el concejo abierto (que no es funcional al 100%, ya que el Estado agrupo a esta y otras aldeas, bajo el Ayuntamiento liberal de Pedralba).
  Me sorprendió en estos días encontrarme con que se iba a realizar un acto protesta contra la imposición de una red de cámaras de vigilancia. Si .... habéis leído bien INSTALACIÓN DE CAMARAS DE VIGILANCIA EN EL MONTE, esto es el colmo del legicentrismo estatolátrico que está acabando con nuestros bosques.
Algunas de las razones para calificar esto de agresión son:

  • El coste del proyecto es millón y medio de euros, aunque lo económico es lo menos importante en este caso,  ahí se ve a donde van destinados los fondos, productos del robo sistemático a los ciudadanos a través del sistema fiscal.
  • Por otra parte este proyecto es un insulto a la inteligencia humana, en tanto que nos dicen que es un proyecto que busca frenar los incendios forestales, cuando claramente se trata de una intromisión en la intimidad de nuestras vidas y un aumento del control policial estatal a los ciudadanos. Es el campo hasta ahora, un sitio mucho más humanizado donde las gentes no se han degradado al homo economicus, me refiero claro está a cierto tipo de aldeas en los que la urbe no ha avanzado arrasando con los valores humanos. Ello se debe a la mayor cercanía de las gentes entre si y a una mayor escasez de los "servicios" públicos en la vida de las personas. Es esta escasez la que hace que las personas tengan una mayor conciencia antiestatal, aunque sea en a nivel inconsciente.
  El problema de los incendios es algo a investigar y no desde las oficinas a través de las tesis, sino a través del estudio con las gentes por metodologías de investigación participativa.  Este problema es complejo y cuando uno pregunta, descubre cosas como que antiguamente la gente tenía la responsabilidad moral del cuidado de los montes y esto en parte se hacía a través de quemas controladas.
El campesino marchaba con sus cerillas y realizaba quemas controladas. ¿Por qué?
-1 para aumentar la productividad del monte (por tanto la comida para la fauna silvestre), al favorecer la aparición de brotes jóvenes, al eliminar los matorrales cerrados de brezo. De esta forma se evita también el ataque de los animales hacia las huertas.
-2 para la protección del bosque de incendios futuros descontrolados y de paso la de las huertas y el propio pueblo.
Deducimos a partir de ello que es a través del legicentrismo estatolátrico, como se han robado derechos y deberes de los lugareños para con el monte.
Por otra parte la realización de estas labores por funcionarios públicos supone un perjuicio para los bosques, ya que no hacen quemas ni desbroces, y por otra parte una ruptura de los lazos de unión de la gente con el monte. La producción de incendios por parte de los campesinos para regenerar el monte o bien para criticar la persecución del Estado a sus personas, alimenta la polémica acerca del fortalecimiento de los sistemas de vigilancia forestal.
La incongruencia
  Es de destacar que aunque las gentes defendían la no instalación se  fundamentaban  en lo económico principalmente, argumentando que con esto se eliminan puestos de trabajo. Ello deja a la luz la gran incongruencia en la que están sumidos la mayoría de los movimientos de izquierda, ello es la lucha por la existencia de un Estado fuerte en detrimento de la búsqueda de la autonomía.
   Es ahora el momento de pararse a pensar radicalmente cual es el objetivo último de nuestra lucha, de forma que hay que cuestionarse todas aquellas luchas por lo público o el endurecimiento de las leyes (como pueden ser las leyes contra el maltrato animal que conllevan paralelamente fortalecer el sistema penal).
   Hay que considerar no obstante la posible utilidad de ciertas luchas como herramientas intrasistemicas para el cambio, así como para el apoyo de las antisistemicas (como señala Wallerstein). No obstante así están las cosas y lo fundamental es replantearse y cuestionar la coherencia de nuestros medios para con nuestros fines.


Desde las tierras ibéricas, El Rodri

Imagen de la manifestación en la Plaza Mayor de Puebla.

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